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Bet

A los apuestos habitantes de Sión,
    que antaño valían su peso en oro,
hoy se les ve como vasijas de barro,
    ¡como la obra de un alfarero!

Guímel

Hasta los chacales ofrecen las ubres
    y dan leche a sus cachorros,
pero Jerusalén[a] ya no tiene sentimientos;
    ¡es como los avestruces del desierto!

Dálet

Tanta es la sed que tienen los niños
    que la lengua se les pega al paladar.
Piden pan los pequeñuelos,
    pero nadie se lo da.

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Footnotes

  1. 4:3 Jerusalén. Lit. la hija de mi pueblo; también en vv. 6 y 10.